miércoles, 29 de agosto de 2012

Palacio de Jano


En la cultura, lo humano, lo más inmediato, lo que representa su ser propio respecto al mundo, se ha vuelto extraño para los hombres... El kitsh es ese sistema de invariantes con que la mentira filosófica reviste a sus solemnes proyectos. Nada de él puede básicamente modificarse, pues la indisciplina total de la humanidad debe por fuerza convencer de que nada puede cambiarse... Pero además, la voluntad de los disponedores puede apoyarse en la voluntad universal. Su sociedad de masas no sólo tiene gangas para los clientes, sino que además ha creado a los clientes mismos. Estos se han vuelto hambrientos del cine, la radio y las revistas; lo que siempre les ha dejado insatisfechos del orden, que toma de ellos sin darles lo que les promete, sólo ha despertado en ellos el deseo de que el carcelero se acuerde de sus personas y les ofrezca piedras con su mano izquierda para calmar su hambre mientras con la derecha retiene el pan. Desde hace un cuarto de siglo, los viejos burgueses, que aún deben saber de otras situaciones, acuden sin reparos a la industria cultural, cuyo perfecto cálculo incluye a los corazones menesterosos. No tiene ningún motivo para indignarse con aquella juventud corrompida hasta la médula por el fascismo. Los privados de su subjetividad, los culturalmente desheredados, son los legítimos herederos de la cultura.


(Minima Moralia, T. W. Adorno) 

lunes, 27 de agosto de 2012

Todopoderoso

Aún mantuve durante varios años, relaciones públicas con el Todopoderoso, pero en privado dejé de visitarle. Sólo una vez tuve el sentimiento de que existía. Había jugado con unos fósforos y quemado una alfombrita. Dios me vio, sentí Su mirada en el interior de mi cabeza y en las manos; estuvo dando vueltas por el cuarto de baño, horriblemente visible, como un blanco vivo. Me salvó la indignación; blasfemé, murmuré como abuelo: "Maldito Dios, maldito Dios, maldito Dios". No me volvió a mirar nunca más.

(Las palabras, Jean-Paul Sartre)

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¡todo puede ocurrir!

El mundo escrito me inquietaba también; a veces, cansado de las dulces matanzas para niños, me dejaba hundir, descubría en la angustia unas posibilidades espantosas, un universo monstruoso que no era más que el revés de mi omnipotencia; me decía: "¡todo puede ocurrir!", y quería decir: "puedo imaginar todo". Tembloroso, siempre a punto de romper la hoja, contaba unas atrocidades sobrenaturales. Si a mi madre le ocurría que llegaba a leer por encima de mi hombro, lanzaba un grito de gloria y de alarma: "¡Qué imaginación!" se moría los labios, quería hablar, no encontraba qué decir y se iba bruscamente; su derrota me colmaba de angustia. Pero no se discutía la imaginación; yo no inventaba esos horrores, los encontraba, como lo demás, en mi memoria.

(Las palabras, Jean-Paul Sartre)

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2 hrs.

"Ah -decía mi abuelo-, no basta con tener ojos; hay que aprender a usarlos. ¿Sabes qué hacía Flaubert cuando Maupassant era pequeño? Le instalaba delante de un árbol y le daba dos horas para que lo describiera".

(Las palabras, Jean-Paul Sartre)

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En cualquier lugar

Temía durante mucho tiempo terminar como había empezado, en cualquier lugar, de cualquier modo, y que esa vaga defunción no fuese más que el reflejo de mi vago nacimiento.

(Las palabras, Jean-Paul Sartre)

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viernes, 24 de agosto de 2012

Examen




El fin último es el examen médico presidido por la alternativa: o admisión o eliminación. La frase del nuevo testamento: “Quien no está conmigo está contra mí”, ha permanecido desde siempre escrita en el corazón del antisemitismo. La nota fundamental de la dominación consiste en remitir al campo enemigo a todo aquel que, por cuestión de simple diferencia, no se identifica con ella: no sin razón es el término catolicismo una palabra griega para la latina totalidad –que los nacionalsocialistas han hecho realidad. Significa hacer equivaler lo diferente, ya sea por “desviación”, ya sea por raza, a lo adverso. Con ello ha alcanzado el nacionalsocialismo la conciencia histórica de sí mismo. Carl Schmitt definió la esencia de lo político directamente mediante las categorías de lo amigo y lo enemigo. La progresión hacia esta conciencia implica la regresión hacia la conducta del niño, que o se halla a gusto o siente miedo. La reducción a priori a la relación amigo-enemigo es uno de los fenómenos primordiales de la nueva antropología. La libertad consiste no en elegir entre blanco y negro, sino en escapar de toda alternativa preestablecida.


(Minima Moralia, T. W. Adorno) 

miércoles, 22 de agosto de 2012

7 y 8

Si, como comúnmente se cree, el autor inspirado es, en lo más profundo de sí mismo, otro distinto de sí, conocí la inspiración entre los siete y ocho años.


(Las palabras, Jean-Paul Sartre)

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Minou Drouet

Cocteau dijo en 1955 que todos los niños menos Minou Drouet tienen ingenio. En 1915 lo tenían todos menos yo.

(Las palabras, Jean-Paul Sartre)

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viernes, 17 de agosto de 2012

Breves disquisiciones


–porque necesariamente en todo espíritu se da un momento de vanidad–… La aversión al mismo se ha ido poco a poco convirtiendo en el más grave impedimento para la teoría: si uno se mantiene en ella, tiene que enmudecer, y si no, se vuelve tosco y vulgar por la confianza de la propia cultura. Incluso el aborrecible desdoblamiento del hablar en la conversación profesional y la estrictamente convencional hace sospechar la imposibilidad de decir lo que se piensa sin arrogancia y sin asesinar el tiempo del otro. La más urgente exigencia que como mínimo debe mantenerse para cualquier forma de exposición es la de no cerrar los ojos a tales experiencias, sino evidenciarlas por medio del tempo, la concisión, la densidad y hasta la descortesía misma. 


(Minima Moralia, T. W. Adorno)

martes, 14 de agosto de 2012

Enemigos




            El repulsivo terror con que suele hablarse de la muerte estaba ausente en el dormitorio. En la paralización general, en la postura de la madre, en la indiferencia del rostro del médico había algo atrayente, algo que conmovía el corazón, aquella leve y difícilmente asible belleza del dolor humano que aún no aprendieron a comprender y describir y que, al parecer, sólo la música sabe trasmitir. Hasta en el sombrío silencio  había belleza; Kirílov y su mujer callaban, sin llorar, como si, aparte del peso de la pérdida, se percatasen también del lirismo de su situación; del mismo modo como antaño había pasado su juventud, así ahora, junto con este niño, desaparecía para siempre su derecho a tener hijos. El doctor tenía cuarenta y cuatro años, estaba canoso y parecía un viejo; su enferma y demacrada mujer tenía treinta y cinco años. Andres no era sólo el único, sino también el último.


            -El amor al prójimo es una arma de doble filo –dijo Kirilov, irritado-...



            -... No tengo ningún derecho de forzar su voluntad. Si quiere, venga conmigo; si no quiere, Dios sea con usted. Pero no es a su voluntad a la que me dirijo, sino a su sentimiento.


... En general, la frase, por más bella y profunda que sea, sólo surte efecto sobre los indiferentes, pero no puede satisfacer a las personas felices o desdichadas; es por ello que la suprema expresión de la dicha o de la desgracia es, la mayoría de las veces, el silencio; los enamorados se comprenden mejor uno al otro cuando están callados, y en apasionado y fervoroso discurso pronunciado ante una tumba sólo conmueve a los extraños, mientras que a la viuda y a los hijos del difunto les parece insignificante y frío.


            En toda la naturaleza sentíase algo desesperado, doliente; la tierra, igual que una mujer caída que está sola en una habitación oscura y trata de no pensar en el pasado, languidecía con sus recuerdos de la primavera y del verano y esperaba, con apatía , la inevitable llegada del invierno.


... –el doctor miró de reojo el estuche del violonchelo- el contrabajo y el trombón, engorde cuanto le plazca, pero no se mofe del ser humano! ¡Si no sabe respetarlo, por lo menos, libérelo de su atención!
            -Pero... ¿Qué significa todo eso? –preguntó Aboguin, enrojeciendo.
            -Eso significa que no se debe jugar con la gente. Es una acción indigna, despreciable. Yo soy médico; a los médicos y, en general, a los trabajadores que no huelen a perfumes y a prostitución, ustedes nos consideran como sus lacayos y hombres mauvais ton... Y bien, pueden hacerlo, pero nadie les da derecho a tratar al hombre que sufre como si fuera un objeto de utilería.


            -Desdichado –sonrió despectivamente el doctor-. No toque esa palabra, ella no tiene nada que ver con usted. Los haraganes que no encuentran dinero para pagar sus deudas también son desdichados. El capón agobiado por la excesiva grasa también es desdichado. ¡Qué futilidad!


... La desgracia, en vez de unir, separa a la gente, y hasta allí donde parecería que los hombres debieran estar ligados por el dolor común, se cometen más injusticias y crueldades que en un medio relativamente satisfecho.


... Condenaba a Aboguin, a su mujer, a Papchinsky y a cuantos vivían en la rosada penumbra y olían a perfume, y durante todo el camino sentía en su alma odio y un doloroso desprecio hacia ellos. Y en su mente formóse una firme convicción acerca de aquella personas.
            Pasará el tiempo; pasará también el dolor de Kirílov, pero esta convicción –injusta, indigna del corazón humano- no pasará. Quedará en la mente del doctor hasta la misma tumba.


(Enemigos, Antón P. Chéjov) 

lunes, 13 de agosto de 2012

Grande y pequeño





A la filosofía le ocurre entonces lo que a la mala pintura, que imagina que la dignidad de una obra y la celebridad que adquiere depende de la dignidad de los objetos representados; un cuadro de la batalla de Leipzig valdría más que una silla en perspectiva caballera. La diferencia del terreno conceptual con el artístico en nada altera la mala ingenuidad. Cuando el proceso de abstracción carga a toda conceptuación con la ilusión de la magnitud, al propio tiempo se acumula en él, por efecto de la reflexión y la visión clara, su antídoto: la autocrítica de la razón es su más auténtica moral. Lo contrario de ella, lo que se ve en la fase última de un pensamiento a disposición de sí mismo, no es otra cosa que la eliminación del sujeto.


(T. W. Adorno, Minima Moralia)

máscaras




miércoles, 8 de agosto de 2012

El genio

el genio sólo es un préstamo; hay que merecerlo teniendo grandes sufrimientos, atravesando por ciertas pruebas firmemente, modestamente; se acaba por oír unas voces y se escribe el dictado.

(Las palabras, Jean-Paul Sartre)

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Fotos

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La Verdad y la Fábula

Estaba preparado para admitir -si hubiese estado en edad de comprenderlas- todas las máximas de la derecha que me enseñaba con su conducta un hombre viejo de la izquierda: que la Verdad y la Fábula son lo mismo, que hay que jugar a la pasión para sentirla, que el hombre es un ser de ceremonias.

(Las palabras, Jean-Paul Sartre)

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sábado, 4 de agosto de 2012

Un parásito sagrado

Ni soy jefe ni aspiro a serlo. Mandar y obedecer es lo mismo. El más autoritario manda en nombre de otro, de un parásito sagrado -su padre-, transmite las abstractas violencias que padece. Nunca en mi vida he dado una orden sin reír, sin hacer reír; es que no me corroe el chancro del poder: no me enseñaron a obedecer.

(Las palabras, Jean-Paul Sartre)

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Cementerios de perros

En la lucha de las generaciones, los viejos hacen muchas veces causa común con los niños: los unos dan oráculos, los otros los decifran. La Naturaleza habla y la experiencia traduce; lo más que pueden hacer los adultos es callarse. Si no se tiene un niño, que se tome un perro; en el cementerio de perros, el año pasado, en el tembloroso discurso que se prosigue de tumba en tumba, reconocí las máximas de mi abuelo. Los perros saben amar; son más tiernos que los hombres, más fieles; tienen más tacto, un instinto sin defectos que les permite reconocer el Bien, distinguir a los buenos de los malos. "Polonius -decía una desconsolada-, eres mejor de lo que yo soy; tú no habrías podido sobrevivirme; yo te sobrevivo." Me acompañaba un amigo americano; irritado, dio un puntapie a un perro de cemento y le rompió una oreja. Tenía razón: cuando se quiere 'demasiado' a los niños y los animales, se los quiere contra los hombres.

(Las palabras, Jean-Paul Sartre)

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Sin bigotes ni sal

Un beso sin bigotes, se decía entonces, es como un huevo sin sal; yo añado: y como el Bien sin el Mal, como mi vida entre 1905 y 1914. Si sólo nos definimos por oposición, yo era lo indefinido de carne y hueso; si el odio y el amor son el anverso y el reverso de la misma medalla, no quería nada ni a nadie. Estaba bien: a nadie se le puede pedir que odien y guste a la vez. Ni gustar y amar.

(Las palabras, Jean-Paul Sartre)

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jueves, 2 de agosto de 2012

Cocodrilópolis

Wladyslaw Panas, en el libro ya mencionado, relaciona el mundo de la calle de los Cocodrilos con el cabalístico "drama de la creación" -szewirat hakelim- o "los recipientes rotos". "El schulziano Cocodrilópolis se nos presenta como el efecto del szewirat hakelim, es decir, del drama de la creación, que estriba en que la intención y el proyecto de la creación no llegan a materializarse en el mismo acto de la creación."

(Schulz, Jerzy Jarzebski)

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miércoles, 1 de agosto de 2012

Reseñas y ensayos


Las reseñas y ensayos críticos salidos de su pluma eran muy originales, alejados de cualquier conformismo. Presentaba en ello rasgos muy particulares, ennoblecía al autor de la obra reseñada, se identificaba con él.

(Schulz, Jerzy Jarzebski)

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